Un referí de nuestro país es mencionado por la Fifa en un episodio trascendente de la Copa del Mundo de 1930 en Uruguay.
La historia registra incontables anécdotas sobre las fechas relevantes del fútbol. Por ejemplo, el primer expulsado en una Copa del Mundo: según reportes de la FIFA, fue Plácido Galindo, capitán de la Selección Peruana de 1930, pero en 2008 se cuestionó la fiabilidad del reporte. Ese año, Luis de Souza Ferreyra, autor del gol peruano en aquel partido contra Rumanía (3-1), dijo al diario El Comercio de Lima que el verdadero expulsado fue el defensa Mario de las Casas. Y la confusión era comprensible, porque en esa época la identificación era sólo visual…
Aún faltaban tres años para que Everton y Manchester City luciesen números en sus camisetas por primera vez en un partido oficial -la final de la copa inglesa-, y veinte para que la numeración llegara a la Copa del Mundo, por lo que fue fácil confundir al primer expulsado por parte del árbitro chileno Alberto Warnken.
En rigor, antiguamente, la barrera del idioma complicaba el diálogo entre el árbitro y los jugadores, y esa fue una de las principales causas que obligaron a tomar una determinación: crear las tarjetas amarillas y las rojas como sanción para “limpiar” el juego. La idea fue impulsada por el árbitro inglés Kenneth Aston, quien dirigió el partido entre Chile e Italia en el Mundial 1962.
Y la Copa del Mundo de 1970 fue la competición designada para poner a prueba la nueva reglamentación. Sin embargo, contra todos los pronósticos, en México nadie fue expulsado. La primera roja en la historia de los Mundiales entonces se guardó cuatro años más.
El primer sancionado con la roja en una cita planetaria fue el chileno Carlos Caszely. El 14 de junio de 1974, en el debut de la Roja en Alemania, el goleador reaccionó a una fuerte entrada y golpeó sin pelota a Berti Vogts. Corrían 67 minutos y el árbitro turco Dogan Babacan no dudó. Así, los más de 83 mil espectadores que repletaron el estadio Olímpico de Berlín pudieron presenciar cómo Caszely recibía la primera tarjeta roja en la historia de las citas mundialistas.