Mientras la pandemia aún no da tregua en el planeta, los germanos aplicaron un férreo protocolo de seguridad sanitaria para volver a las canchas, con millones de televidentes en todo el mundo.
Por Página 12
Tribunas vacías, videoconferencias de hinchas para seguir los partidos, mascarillas por doquier, saludos con los codos y, por sobre todas las cosas, una buena cantidad de goles. El fútbol hizo su reaparición el 16 de mayo tras más de dos meses de parate pandémico en una de las ligas más importantes del mundo, la de Alemania, con seis partidos a puertas cerradas, donde se marcaron 16 tantos, y estrictas reglas sanitarias que pusieron el foco en lo extradeportivo.
En una jornada donde también hizo su presentación la modificación reglamentaria que permite los cinco cambios por equipo, una de las mayores curiosidades se dio a la hora de festejar los goles, ya que el protocolo que aprobó la Bundesliga para regular el regreso de la actividad hacía hincapié en evitar todo contacto que no sea producto del juego.
Así las cosas, el primer grito de la jornada, a cargo de la sensación noruega de Borussia Dortmund, Erling Haaland en el triunfo de los suyos por 4-0 ante Schalke 04 cumplió con la normativa: el nórdico cerca del banderín del córner bailando, y sus compañeros observándolo a la distancia socialmente establecida.
Pero ese no fue el caso de lo sucedido en las victorias de Hertha Berlín y Borussia Mönchengladbach, 3-0 a Hoffenheim y 3-1 a Frankfurt respectivamente, ya que en ambos encuentros se festejaron los goles como es habitual y se temió con alguna sanción de las autoridades de la liga. Por los capitalinos, la celebración elegida fue darse abrazos, mientras que por los monchengladbacenses, hasta hubo besos.
De todas maneras, la Bundesliga aclaró posteriormente que no sancionaría a los futbolistas involucrados ya que lo que figura en el protocolo de seguridad e higiene son “consejos para los jugadores”.
Seguridad e higiene
El clásico entre Borussia Dortmund y Schalke 04 fue el gran evento de la jornada y terminó 4-0 en favor de los locales ante un limitado conjunto visitante para quedar a un punto del líder Bayern Munich. Además, también se jugaron los partidos entre Augsburgo y Wolfsburgo (1-2), Fortuna Dusseldorf y Paderborn (0-0), Red Bull Leipzig y Friburgo (1-1).
Entre las numerosas medidas implementadas para evitar al máximo los riesgos de contagio en la curiosa jornada del fútbol alemán -como la no realización de las habituales fotos grupales previas- se destacó la que involucró a los jugadores suplentes de cada equipo, quienes debieron permanecer con asiento de por medio de distancia y tapabocas. Es más, a la hora de las sustituciones, apenas realizada, el futbolista reemplazado se encontraba con su correspondiente bebida regenerativa y un barbijo, casi una contradicción propia de estos nuevos tiempos.
Solamente los futbolistas dentro del campo de juego y los entrenadores estuvieron habilitados para tener la cara descubierta. Dentro de cada estadio, hubo 98 personas, teniendo en cuenta los 22 jugadores dentro del campo, 18 en el banco, 5 árbitros, 20 auxiliares, 4 alcanzapelotas, 3 personas de limpieza, 3 fotógrafos y 4 enfermeros.
Horas antes del regreso, el fútbol alemán se sacudió una noticia insólita. El entrenador del Augsburgo, Heiko Herrlich, quien iba a hacer su debut al frente del equipo, no pudo dirigir por violar el estricto protocolo de seguridad en la previa, al salir a comprar un dentífrico mientras se encontraba concentrado. Horas más tarde, el DT lamentó su error por videoconferencia.