María Belén y los nuevos desafíos de la preparación arbitral en cuarentena

La jueza FIFA analiza la forma en que ha debido adaptarse a la situación condicionada por la pandemia para reenfocar los planes y desarrollar su trabajo con el máximo profesionalismo. “Tuve que replantear mis objetivos para este año”, reconoce la mundialista.

Por Daniel Pérez Pavez

María Belén Carvajal es árbitra internacional, con el registro histórico de ser la primera chilena en dirigir en una Copa del Mundo –condujo España-Sudáfrica en Francia-, aunque antes de ese hito ya había sido jueza central del partido masculino de Segunda División entre Cauquenes y Colchagua. Y este año lo inició promisoriamente, arbitrando Venezuela-Colombia y Venezuela-Ecuador en el torneo Sub 20 de Argentina, pero la crisis sanitaria dejó en pausa sus planes e ilusiones.

Sin embargo, ahora trabaja y se proyecta como todos en el mundo referil para el anhelado retorno futbolístico tras la pandemia, concentrada en la preparación que desarrolla en su casa de San Felipe.

Kinesióloga y profesora de educación física, María Belén reconoce las dificultades de situación actual. “Ser árbitra internacional me exige estar siempre preparada para cualquier eventualidad y ello requiere más trabajo, preparación, dedicación; entonces implica mucho sacrificio y dentro de ese sacrificio está hoy distribuir más los tiempos, focalizarme en lo que quiero lograr y eso se vio modificado en esta pandemia”, analiza.

“En un año normal pienso que quiero estar en un determinado torneo y me preparo para eso según las condiciones existentes. Pero esta contingencia nos ha llevado un poco a modificar esos objetivos. Y para mí, como deportista y como profesional de la salud, esos objetivos han cambiado, por cierto sin dejar de lado el arbitraje. Cuando te preparas para un torneo tienes entrenamiento especifico, en cancha o afuera, en la parte muscular en gimnasio, y eso ya no lo tenemos: la cancha, el trabajo práctico; no tenemos para hacer un entrenamiento aeróbico donde se focaliza nuestra actividad”, precisa.

María Belén cuenta que “eso me llevó a replantearme mis objetivos para ese año, porque como ya no puedo lograr los otros, debo salir de ese desafío y lo objetivo para hoy es poder ponerme al día, retomar cosas que muchas veces cuando estamos en la actividad normal las dejamos de lado porque en ese momento no son atingentes. Estoy consciente de que mi edad no me permite dejar nada al azar y, como profesora y kinesióloga, hoy me preparo de forma preventiva para las lesiones. Hago sesiones de stretching, elongación, prevención de lesiones en musculaturas que se han visto afectadas por la actividad del arbitraje, que antes pasaban desapercibidas y en algún momento te cobran la cuenta en periodos de estrés o mucho entrenamiento, incluso previo a torneos, y te lesionas porque despreocupas esos elementos importantes de la actividad física”. 

-Sin dudas, la crisis sanitaria ha trastocado muchos proyectos, María Belén…

-Para mí ha sido un gran desafío y cambiar de objetivos me ha servido mucho, en lo mental y sentimental. Por lo general los árbitros nos fijamos ciertos objetivos y luchamos por eso; y si no los tenemos claros es difuso lo que podemos hacer. En esta cuarentena mi desafío es desarrollar actividad física potenciando esta estructura que es lo principal -el músculo-, preparándolo para que cuando volvamos pueda focalizar y reorganizar mis entrenamientos más en lo aeróbico; lo que se hace al aire libre, ya que hoy no cuento con trotadora ni bicicleta en mi casa. Entonces, lo mío va más por lo preventivo, con la flexibilidad de la musculatura. Y además, el desafío es poder teóricamente instruirme mejor, leer mejor el reglamento. Estamos en capacitaciones en la Conmebol, siendo dirigidos por la FIFA en los entrenamientos. Esto me ayuda a tener una tranquilidad, a bajar la ansiedad que se siente en este contexto de volver y tener la cabeza más tranquila.

– ¿Por qué cambiaste Santiago por San Felipe?

– Es que me vine de allá antes de que decretaran cuarentena, con el propósito de poder entrenar aquí de forma normal y mantenerme, trotar, andar en bicicleta, en fin. Pero ahora me tuve que readaptar y adaptar algún espacio y seguir entrenando en forma más apropiada en mi casa de San Felipe. Además estoy haciendo teletrabajo, como kine y profesora. Trabajo en la Universidad Católica, donde tengo cursos deportivos. Hago clases por Zoom y eso me ha llevado a que mi actividad física no cese, porque comparto la actividad; es parte de mi profesión poder hacerlo así.